Valdenebro es un pequeño pueblo de la provincia de Soria. No es patrimonio de la humanidad, no ha sido escenario de ninguna super producción, tampoco aparece en ninguna lista de pueblos más bonitos de España. Es el pueblo de mis abuelos y de mi madre y todos los que tenéis pueblo para ir en vacaciones, me entenderéis perfectamente si digo que Valdenebro es el mejor pueblo del mundo.
Una noche de verano José Antonio me propuso organizar la noche de los poetas. Él se encargaba de la decoración, de adecentar el lugar, del "atrezzo" y yo de dinamizar el acto, presentar, seleccionar los poemas y contextualizar al poeta. Surgió todo con sencillez, así suelen empezar los proyectos más grandes. El objetivo era humilde, acercar la poesía a cualquier tipo de público, descender la poesía a la "arena", calzar a la poesía en zapatillas de andar por casa. Y así fue. Durante 11 años presenté en Valdenebro la noche de los poetas.
Tal vez esto nunca aparezca en mi curriculum, no es algo por lo que me merezca ningún premio, no tiene un certificado oficial donde se convaliden los créditos y no hay ningún título que lo avale... pero os aseguro que es una de las cosas más hermosas que he hecho en mi vida. Otra forma de educar. Una bella forma de callejear.
Creo que leer y escuchar poesía hace al ser humano mejor persona. Porque humaniza, porque emociona, porque interroga, porque inquieta, porque conecta con el interior, porque sugiere, porque te hace libre, porque te ayuda a poner palabras a tus sentimientos, porque te cura.
La noche de los poetas acercaba la poesía a abuelos, jóvenes, adolescentes y niños. Era del pueblo y para el pueblo. Los escenarios fueron cambiando a lo largo de los años. El lagar, la Iglesia y la propia calle fueron los diferentes lugares de encuentro y testigos de poetas, versos, palabras y música. Se creaba un ambiente mágico que sabía a verdad y entendía al poeta que declara: Los dioses facilitan el primer verso; los demás, los hace el poeta. (Valéry). Lorca, Santa Teresa, Machado, Gerardo Diego, Benedetti, San Juan de la Cruz, Bécquer, Miguel Hernández... y muchos más visitaron, al menos una vez, Valdenebro.
En una ocasión Isabel Roig (http://actualidadsoriaysuspueblos.blogspot.com.es) acudió a este acto y los describió así: Poemas dos autores fueron leídos por personas del pueblo, dando al acto la sencillez, la calidez y el tono humano propios de todo evento que venga del pueblo y sea para el pueblo.
La iglesia, llena a rebosar, acogió un acto muy bien organizado, muy bien dirigido y mejor presentado. El atrio reunió a todas las personas allí presentes, para beber moscatel y comer pastas, condumio acorde, en su dulzor y espiritualidad, con los poemas escuchados.
Durante once años, cuando caía la noche en Valdenebro, la poesía iluminaba el cielo.
Durante once años los poetas muertos revivían en Valdenebro.
Durante once años un pequeño pueblo era capaz de acoger una gran noche.
Durante once años las musas visitaron Valdenebro.
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