Querido inspector: Este año tampoco me dará tiempo a terminar el temario.

Durante las primeras semanas de septiembre, los profesores dedicamos muchas horas a programar el curso. Son días para elaborar las programaciones didácticas y las programaciones de aula de las diferentes asignaturas. Diseñar actividades para el plan de fomento a la lectura, plan de convivencia y plan de acción tutorial. Programar y diseñar actividades complementarias en las diferentes materias y cursos. Diseñar los proyectos que se van a llevar a cabo…. Permitidme que a veces dude de la eficacia y utilidad de todas estas programaciones, diseños, tablas y cronogramas.

Sin embargo, creo que solo una pregunta es importante estos días ¿Qué quiero que aprendan mis alumnos? La respuesta a esta cuestión debería ser lo única que dé sentido al diseño del curso. Esta respuesta y solo esta debería ser nuestro faro, nuestra luz y nuestra guía y a veces siento que se diluye entre tanto papeleo y tanta programación.

Yo quiero…

Que mis alumnos aprendan a pensar para que tengan un pensamiento propio, crítico, único y autónomo. Para esto no basta con aplicar dos rutinas de pensamiento y dos destrezas. Hace falta tiempo y constancia. Enseñar a pensar y no a memorizar es tarea complicada.

Quiero que aprendan a expresarse en público, a manejar correctamente las palabras, a elaborar un discurso coherente y convincente porque somos en las palabras. Para esto no basta con una exposición oral sobre un determinado tema. Hace falta tiempo. Ensayar. Aprender del error.

Quiero que aprendan a aceptar todas las opiniones y a rechazar cualquier forma de violencia. Para esto no basta con castigos o expulsiones fuera del aula o a jefatura. Hace falta tiempo, mediar, hablar con ellos, escucharles, trabajar con sus familias.

Quiero que aprendan a trabajar juntos. Que entiendan que solo trabajando en equipo y aportando cada uno lo mejor que tienen pueden llegar a grandes resultados. Todos tenemos mucho que aportar. Esto no se puede hacer con un trabajo en equipo una vez al trimestre, hace falta tiempo, es una forma distinta en el proceso de enseñanza-aprendizaje, una dinámica de cooperación que deben aprender y trabajar.

Quiero que saboreen la poesía y disfruten con ella. Para esto no vale con leer rápidamente en clase los poemas que propone el libro de texto y hacer análisis formales de los versos. Hace falta tiempo, para leer, para soborear, para entender, para expresar sus emociones…

Quiero que aprendan el lugar que quieren ocupar en el mundo independientemente de modas, salidas y notas de corte. Quiero que luchen por ocupar ese lugar porque sé que sólo así serán felices. Para esto no vale con una charla del departamento de orientación. Hace falta tiempo, sentarte con ellos, mirarles a los ojos, compartir sus miedos, sus inquietudes…ayudarles a caminar.

Quiero que no cometan faltas de ortografía y que se puedan expresar correctamente en sus redes sociales. Quiero que sean creativos, que sean capaces de llegar a nuevas respuestas, que pueden solucionar sus problemas y bloqueos de forma creativa, que encuentren respuestas a sus inquietudes. Para esta complicada tarea hace falta mucho tiempo.              

Quiero irme de excursión con ellos algún día o varios para educar desde lo no formal. Es increíble lo que aprenden fuera del aula. Para esto hace falta tiempo.

Por todo esto, querida Ministra y querido inspector, cuando veo los 86 estándares de cada una de mis asignaturas  (me gustaría conocer a quienes han redactado la ley de educación) entenderán que solo les pueda decir que este año tampoco me dará tiempo a terminar el temario. Lo siento

Querido compañero y tú ¿qué quieres que aprendan tus alumnos? ¿Te dará tiempo a terminar el temario? Suerte y feliz curso.