Carta a un profe "nuevo"

          Querido profesor nuevo:

           Eres nuevo porque es la primera vez que entras en el aula como maestro (como alumno ya lo has hecho durante muchos años), pero esto no quiere decir que los que ya llevamos varios años siendo profesores no seamos también “nuevos”. Tenemos una profesión que nos da la oportunidad de ser “nuevos” cada curso escolar que empieza, la oportunidad de estrenar cuaderno y no repetir errores, porque son otros los alumnos, otros los retos, otras las actividades, otras las inquietudes. (No me convierte en veterano llevar 20 años impartiendo clase si todos los años he hecho lo mismo).

         Tú tienes el poder de contagiarnos de la ilusión de la novedad, de recordarnos la primera vez. Disfruta de este curso con la misma emoción con la que se abre el envoltorio de un regalo. No olvides nunca que eres afortunado y has optado por la profesión más bonita del mundo.

        Oigo a muchos profesores “veteranos” darte consejos del tipo: entra con cara seria al principio, sé muy duro estos primeros días y luego ya irás aflojando, exige mucho las primeras semanas que para frenar el ritmo ya habrá tiempo, No vayas de simpático los primeros días que luego les das la mano y te cogen todo el brazo…

        Querido profesor nuevo, no entras a batallar con el enemigo. Una vez más, como en casi todos los ámbitos de la vida, sólo una cosa es importante: Sé tú mismo, sé de verdad. Los adolescentes tienen la virtud de saber muy pronto si estás siendo de verdad o lo tuyo es puro “postureo”. De nada te sirve intentar ser algo que no eres.

       No consiste en mostrar poder, sino autoridad. Y para tener autoridad y ganarte el respeto de tus alumnos no hay que entrar con “cara de perro”, no hay que lanzar amenazas del tipo este curso es más complicado que el anterior, no hay que sacar la lista de normas y sanciones... creo que la clave es ser uno mismo y mostrar a tus alumnos que quieres enseñarles cosas apasionantes que desconocen y que les serán útiles el resto de su vida.

      Son los primeros días los que van a determinar el ritmo de todo el año y la actitud con la que el alumno se enfrente a tu asignatura. Créeme, no merece la pena intentar ser algo que no eres.

      No olvides nunca que:

      Con nuestra mirada podemos transformar la vida del niño, del joven y del adolescente.
      Con nuestras palabras podemos ayudarles a que encuentren por ellos mismos el sentido de su vida.
      Con nuestros actos podemos enseñarles a construir un mundo mejor.
      Con nuestros oídos, al escucharlos, les hacemos sentir importantes.

      Con nuestra presencia podemos dar algo de color a su vida, que a veces es gris.

     Querido profesor nuevo, todavía no lo sabes, pero ¡puedes hacer magia! No dejes de creer en ti. No dejes de creer en ellos. No dejes de creer en tu profesión.  Podemos ser magos aun sin varita ni chistera.

     Un abrazo compañero.