VISUAL THINKING.


En Salamanca, llamada en todo el mundo madre de las ciencias (Fray Luis de León dixit) he vuelto a ser estudiante recibiendo un curso sobre visual thinking impartido por la profesora Garbiñe Larralde. Me gusta vivir las clases desde el rol del alumno. Me gusta aprender. 

         Para mí, un buen profesor es aquel que cree en aquello que enseña, que transmiten pasión en su tarea, que sonríe continuamente y que con sus palabras y sus gestos impregna el aula de energía. Me gustan los profesores que confían en su alumnado y no se presentan como expertos (aunque lo sean) sino como un profesional, que entusiasmado, transmite lo que él mismo va descubriendo y lo comparte con el alumno con la alegría de haber encontrado pequeños tesoros escondidos. Así es Garbiñe. Aunque sé que lo que la naturaleza no da Salamanca no presta, Garbiñe ha conseguido potenciar al máximo mis escasas capacidades como dibujante

        He aprendido mucho sobre pensamiento visual y creo que es una herramienta muy poderosa en educación.

-          He aprendido que se puede copiar e incluso calcar… ¡y no pasa nada! (qué alivio)
-          He aprendido que todos sabemos dibujar y eso he hecho, dibujar mucho. Dibujar del revés, dibujar sin mirar al papel, dibujar objetos y metáforas visuales, dibujar sombras, dibujar pensando... Dibujar
-          He aprendido que el material es importante (yo suelo llevar en mi estucho un boli azul, un boli rojo y un lapicero)
-          He aprendido la importancia de los distintos elementos: personajes, contenedores, conectores, expresiones, tipografía, divisores, viñetas…
-          He aprendido los beneficios de esta herramienta que son muchos: favorece la atención y la escucha, fomenta la creatividad, te ayuda a hacer ejercicio de síntesis, te obliga a pensar, refuerza el contenido, facilita el aprendizaje…
-          He aprendido la necesidad y la importancia del error (a veces quiero que todo me salga bien a la primera).  Ha resonado con fuerza durante las clases el término prototipo. Y eso he hecho, un prototipo, dos, tres y los que hicieran falta cambiando estructura, espacios, objetos… y siempre pensando con el fin de mejorar y avanzar. Sin prototipos previos no es posible un buen resultado final.  

             Más allá de la herramienta visual thinking he aprendido también que mi vida es un continuo prototipo que voy mejorando con la firme esperanza de algún día llegar a ser mi mejor versión.

             Soy contador de historias y siempre he defendido que la palabra es una herramienta poderosa, ahora sé que si la palabra va acompañada de una imagen su potencialidad es máxima.
Prometo pintar más.

         Me llevo la cabeza llena de ideas y dibujos para empezar el curso en Septiembre.

         PD. Profe, prometo no dejar nunca más espacios en blanco.




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