Los LIBROS que he VIVIDO


Los libros me han acompañado durante toda mi vida. He aprendido mucho queriendo y sin querer. Los libros de mi juventud despertaron en mí muchos sentimientos y dieron respuesta a las preguntas que me hacía. Ellos pueden explicar mi vida.

Aprendí lo que era el rencor con La Regenta de Clarín.

Aprendí lo que eran los celos con Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós.

Entendí que la vida era una bendita locura con El Quijote de Miguel de Cervantes.

Empecé a enamorarme de las mujeres con La casa de los espíritus de Isabel Allende y a entenderlas con Una habitación propia de Virginia Woolf.

Aprendí que se puede estar muerto estando vivo y estar vivo estando muerto con Pedro Páramo de Juan Rulfo. (Muchas veces he soñado con Comala)

Entendí lo que era la amistad y de su importancia con El principito de Antoine de Saint-Exupéry.

Supe que el viaje más importante es el que cada uno hace hacia su propio interior con La Odisea de Homero. (Ítaca siempre será mi destino soñado).

Aprendí a ser pícaro con El Lazarillo.

Entendí la dificultad de distinguir entre el sueño y la vigilia con La vida es sueño de Calderón de la Barca.

Me enamoré de la belleza literaria con Sonata de Primavera de Ramón María del Valle-Inclán.

Confirmé mi alternativa del gusto por la tauromaquia con Tabaco y Negro, relato de Estaciones de paso de Almudena Grandes.

Aprendí lo que era el cotilleo con La Celestina de Fernando de Rojas.

Aprendí que no se puede ser feliz con una conciencia intranquila con Crimen y Castigo de Dostoyevski.

Asumí que es ley de vida vivir arraigado a la tierra que te vio nacer, aunque a veces duela, con Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. (Creo que algunos de mis antepasados habitaron en Macondo)

Aprendí lo que era el amor con Romeo y Julieta de Shakespeare y aprendí de amor prohibido con Pepita Jiménez de Juan Valera.

Aprendí a escuchar y no sólo a oír con Momo de Michael Ende (también aprendí que son las personas especiales las que merecen la pena)

Entendí el dolor que acompaña a la muerte con La sombra del ciprés es alargada de Miguel Delibes.

Y aprendí a contar historias con Las mil y una noches. (Santa Sherezade, ruega por nosotros)
 


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