Los profes vuelven al cole


En los últimos años la oleada de cursos, congresos, jornadas y charlas sobre innovación educativa se ha convertido en un verdadero tsunami. Cooperativo, gamificación, inteligencias múltiples, paisajes de aprendizaje, visual thinking, rutinas de pensamiento, paletas de inteligencias, evaluación auténtica, rúbricas, dianas, listas de cotejo, ABP, APS, flipped classroom… son conceptos que suenan con insistencia entre los docentes y en muchas ocasiones suponen un bombardeo al que resulta complicado sobrevivir. Es evidente la importancia de la formación continua en nuestra profesión y en todas, pero… ¡vayamos por partes! ¡Poco a poco! En ocasiones todo esto resulta inabarcable.

Cuando comparo mis propias programaciones y las de muchos profesores con las que hacíamos hace apenas cuatro años, me quedo realmente asombrado. Programar en base a estas metodologías activas que antes mencionaba es ya una realidad. Pero ¿No es demasiado en tan poco tiempo? ¿Estamos sobreviviendo al tsunami de la innovación? Creo que no me equivoco si afirmo que la revolución metodológica que se ha llevado y se sigue implantando en muchos colegios se está haciendo a un ritmo vertiginoso. Hay que tener cuidado. Innovar no es agobiar.

Hace seis años conocí a la Madre Monserrat. Era mi primera vez. Fue en un salón de actos de Valladolid. Nos hablaba de Inteligencias Múltiples, de romper el currículo y los horarios, de tirar los muros del colegio y convertir todo el espacio colegial en un espacio de aprendizaje. Aquí empezó todo.

Un año después conocí a Francisco Zariquey, autor del libro Cooperar para aprender. En esta ocasión también estaba la sala abarrotada. Me gustó mucho. Entendí perfectamente lo que era el aprendizaje cooperativo, sus dificultades, sus ventajas y los pasos a dar. Hablaba desde la experiencia y hablaba con pasión. Lo que decía sabía a verdad.

Por aquellos años, Alfredo Hernando, impartió un curso al claustro de profesores de mi colegio. Es el autor del libro Viaje a la escuela del siglo XXI y ha recorrido el mundo visitando las escuelas más innovadoras. Nos habló de innovación, de cooperativo, del rol de profesor como acompañante y facilitador y del rol de alumno como protagonista de su propio aprendizaje. En aquella ocasión tuve claro que ya íbamos tarde. Entonces empezó el tsunami.

En los últimos años he asistido a muchas formaciones y me llama la atención la cantidad de “expertos” que hay. En muchas ocasiones el formador no es ni ha sido profesor. Los profesores somos un auditorio complicado cuando nos convertimos en alumnos y nos cuesta creer a alguien que habla de cómo impartir una clase si no confiesa previamente que lleva muchas horas de tiza en sus manos.

Creo, sinceramente, que este es el camino, pero no es la solución a todos los males. Hemos llegado a un momento en el que parece que el buen profesor es aquel que trabaja con sus alumnos en cooperativo, lleva a cabo una evaluación auténtica, desarrolla la cultura de pensamiento en su aula, utiliza aplicaciones móviles y gamifica el aprendizaje. Y peor aún, parece que el profesor que no hace esto es un mal profesor. No nos dejemos engañar. Profesores “buenos” y profesores “malos” han existido siempre, con la tiza y con Pizarra Digital, con el cuaderno de notas “a mano” y con el excell en el Ipad, con libros de texto y con con ebooks.

Ojalá este año se lleven a cabo otros cursos formativos y otras jornadas educativas donde el acento no se ponga en “técnicas” que se deben imitar. Ojalá vivamos otro tsunami que nos ilusione. Propongo varios cursos:  

Curso sobre El humor como elemento esencial del aprendizaje. Creo que el humor es un ingrediente que no puede faltar en el aula, ¡hay que reírse! Y esto no quiere decir no tomar las cosas en serio. Los niños, los adolescentes y los profesores necesitamos reír en del aula y de esto se habla muy poco.

Curso sobre La efectividad de la palabra. Es evidente que ya no tiene sentido el discurso magistral de un profesor durante una sesión de clase de 50 o 60 minutos, pero esto no quiere decir que la palabra deje de ser importante. Un discurso efectivo y sincero del profesor puede transformar y conmover a los alumnos. En muchas formaciones a las que asisto se repite la idea de que los jóvenes de hoy no pueden prestar atención durante más de siete minutos seguidos, incluso menos dicen algunos expertos, consumen videos de un minuto con imágenes impactantes y mensajes directos… pero esto no invalida para que el discurso de un profesor bien elaborado, sincero, apasionado y mirando a los ojos al alumno sea también válido y necesario para los niños y jóvenes del Siglo XXI.
               
          Curso No pierdas tu esencia. Es importante un curso donde cada profesor descubra qué es lo que le hace único. Con este tsunami de la innovación parece que todos debemos hacer lo mismo y esto es peligroso porque transmitimos que sólo es válido un perfil de profesor. No hay que perder la esencia, eso es lo que te hace creíble y lo que despierta el interés y la atención del alumno, tu autenticidad.

Curso Para qué sirve tu asignatura. Estamos en la época del para qué, si un alumno detecta que tu asignatura no sirve para nada, desconectará y da igual los proyectos y las “actividades molonas” que lleves a cabo. Cada especialista en su materia debe ser creativo y conectar sus contenidos con algo útil para los alumnos. Es cierto que ya no buscamos alumnos con memoria de elefante, sino alumnos competentes en el Siglo XXI.  Todas las materias sirven a los niños y adolescentes de hoy para su vida y es tarea nuestra saberlo transmitir y comunicar.

Curso Recuperar tu primer amor. Me encuentro a menudo con profesores que llevan muchos años de docencia y debido a este tsunami de innovación sienten que toda la vida lo han hecho mal y que ya no sirve para nada lo que hace. Creo que hay evitar esta situación, es muy peligroso sentir que estás haciendo mal tu trabajo. Urgen cursos donde recordemos que si un día decidimos dedicarnos a la bonita profesión de ser profesor es porque esa era nuestra vocación.

Querido compañero profesor, no olvides que sólo con el hecho de entrar ilusionado a las aulas cada día del curso, varias horas seguidas en diferentes grupos, con 25-30 niños o adolescentes en cada clase, intentando cumplir un currículum inabarcable que marca la ley y rellenando todos los documentos que con poco sentido pide la administración ya eres un gran profesional, un héroe, un afortunado con la profesión más bonita del mundo.

Lo importante no es hacer, lo importante es saber por qué y para qué lo hacemos. Cuando alguien no sabe dónde va, da igual el camino que elija.

Querido compañero educador, vivimos tiempos de incertidumbre. FELIZ INICIO DE CURSO.


10 comentarios :

  1. Gracias por una sensata y clara explicación de lo que muchos vivimos día a día. Buen inicio de curso!

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  2. ¡Buenos días!
    Lo acabo de leer, me lo envio una amiga-compañera, y me incorporé el día 3 pensando que no esta mal lo he pensado siempre: el alumnado de ser feliz, debe aprender y debe paricipar, y para lograrlo es muy importante también el sentido común.
    Lo que has escrito, sobre todo, tiene sentido común. Nos estaba haciendo falta.
    ¡GRACIAS!

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  3. Muy bueno!!! Feliz inicio de curso.Yo espero tener suerte con mis pequeños proyectos y que el alumnado participe activamente. Www.encuentrosconelautor.com

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  4. Muy bueno!!! Feliz inicio de curso.Yo espero tener suerte con mis pequeños proyectos y que el alumnado participe activamente. Www.encuentrosconelautor.com

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    1. Muchas gracias. Seguro que con esos pequeños proyectos de los que hablas aprenden mucho y bien. Feliz inicio de curso! Un abrazo.

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  5. ¡Cuánto sentido común leo en tus párrafos! Y cuánta razón en los cursos que propones... muchas gracias por tus palabras, me han emocionado.
    Feliz curso a ti también

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    1. Muchas gracias por tu comentario. Feliz curso lleno de sentido común. Saludos

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  6. Médicos buenos y malos ha habido siempre, pero a mí que me opere uno con la tecnología del siglo XXI. Lo mismo lo aplico a jueces, policías, tenderos, funcionarios administrativos...

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