Hoy hemos jugado en clase de
filosofía a Pueblo duerme.
Los alumnos conocen el juego porque han jugado con sus amigos en su tiempo
libre fuera del aula. Trasladar un juego que pertenece al ámbito lúdico al
ámbito académico, provoca en los alumnos una actitud muy positiva ante el
aprendizaje.
El juego es sencillo, toda la clase permanece con los ojos
cerrados, el “asesino” despierta y “mata” a un compañero señalándolo. Cuando el
pueblo despierta y se descubre quien es el “muerto” empieza el diálogo entre
todos para averiguar quién es el “asesino”. He traído este juego al aula para pensar qué es la verdad y aprender
sobre posturas epistemológicas como el empirismo y el racionalismo.
Los alumnos deben descubrir al “asesino” y ellos mismos se dan cuenta de los
argumentos que manejan para definirse como empiristas o racionalistas, reflexionan
sobre el peso de las argumentaciones, la manipulación de la verdad, la
importancia del criterio propio, la relación entre verdad y lenguaje…
Estoy convencido de que la gamificación es una herramienta
muy poderosa en el aprendizaje. Con esto juego ellos mismos han repasado ideas
fundamentales del tema de la verdad.
Andrés. Me ha gustado mucho la dinámica de Pueblo duerme.
Es otra forma de filosofar. Me he dado cuenta de que muchas veces nos dejamos
arrastrar por la mayoría sin seguir nuestro propio criterio. He aprendido que
lo que pasa desapercibido para mí puede que sea de vital importancia para otra
persona.
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