Sobre liderazgo...


            Hace unos días asistí a una mesa redonda sobre experiencias de liderazgo. Tres grandes líderes del mundo empresarial compartían claves sobre el liderazgo desde su experiencia personal. Desde el principio, me gustó el tono que adoptaron los ponentes: sencillo, cercano y humano. Fue precisamente este tono lo que me demostró que estaba ante grandes líderes.


             Me dio la sensación de que los tres protagonistas muy pronto se olvidaron de que éramos muchos quienes les estábamos escuchando y como si de una charla entre amigos se tratara, desde la cercanía, el respeto, la admiración entre ellos y sin cuidar excesivamente los protocolos, fueron compartiendo claves inspiradoras para ayudarnos a crecer.  Lejos de grandes teorías y “manuales de libro”, la mesa supo y sonó a verdad.  


            José Miguel Isidro, de Ibervalles, alerta de que hay que tener cuidado con los éxitos (de los que tanto presumimos) porque puede que no sean tuyos sino porque "el enemigo" se ha dormido, es el fracaso y no el éxito el maestro del buen líder. Tiene claro que todo líder “tiene que tener hielo en la cabeza y fuego en el corazón". No conozco a Jose Miguel, pero pronto supe que es un líder al que le arde el corazón. Y es que a las personas de corazón ardiente se les ve venir enseguida.


           Sonia Pascual, del Grupo Pascual,
defiende un liderazgo desde el servicio, el cuidado y el cariño. Con un tono pausado y con mucha paz nos dejó grandes claves inspiradoras a modo de titulares: Creer para crear. (Qué importante es creernos lo que hacemos y creer en lo que hacemos); El amor llena lo que el orden abarca (sin amor no hay liderazgo); Poner al servicio los diferentes talentos de los miembros de la familia (porque todos tenemos diferentes talentos). Es inevitable que todo líder tiene que enfrentarse a situaciones complicadas y Sonia tiene claro que lo importante ante estas situaciones es saber abrazar el dolor.

 
          Gerardo Gutiérrez, de Incosa, fue contundente en sus afirmaciones. No sé si por su educación con los jesuitas o porque fue cocinero antes que fraile, él tiene claro que el líder tiene que tomar decisiones (no siempre acertadas ni fáciles) pero las tiene que tomar, aunque esto pueda provocar que la silla de su lado en la cena de Navidad se quede vacía. Habla de la soledad del líder y ha aprendido a vivir con paz esta soledad y estas complejas decisiones porque, aunque duelan, las toma pensando siempre en el bien común. Gerardo duerme bien y eso le permite soñar mucho.


        Es evidente que los líderes se enfrentan a momentos complicados, Sonia los definió como "las noches oscuras del alma" y es que todo líder, tiene algo de poeta.


Creo que da igual hablar de lideres empresariales, líderes políticos, líderes en instituciones educativas o líderes en cualquier sector. Lo verdaderamente complicado y donde nos la jugamos, es en ser “líderes” de nuestra propia vida.

Gracias por las claves y por hacernos pensar. 




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