La clase de religión cuenta. Y mucho. No lo digo yo, lo dicen los alumnos de 1º de bachillerato en sus evaluaciones de la asignatura. Este viaje merece mucho la pena. Querido profesor de religión, tenemos una misión difícil pero preciosa: ser portadores de sentido en la vida de nuestros alumnos. Duc in altum.
“En religión he descubierto
y buceado en mi dimensión trascendental, el sentido de la vida y he
entendido al ser humano y a mí mismo como un ser vocacionado. A lo largo del
curso he sido consciente de cómo estoy viviendo mi vida y hacia dónde voy”
La religión es una
asignatura que me ha enseñado sobre la vida. He aprendido cosas que nunca nadie nos había enseñado en ninguna materia.
La religión a veces puede aparecer una asignatura que no aporta pero aseguro,
que este curso, a más de uno le ha
salvado la vida. En esta asignatura me he planteado mi existencia, el sentido
de la muerte, la existencia de Dios y he reflexionado sobre los
distintos escenarios bioéticos al final de la vida.
En religión he disfrutado,
he reflexionado, me he reafirmado y he conseguido que se removieran
mis cimientos. La asignatura ha sido un aliciente necesario para que se
retroalimente mis infinitas ganas de conocer, debatir y aprender.
Este curso en religión he
aprendido a utilizar mi espíritu crítico para reflexionar sobre el ser
humano y sobre ética. La religión me ha ayudado a ir descubriendo el secreto
de la vida.
La asignatura de
religión me ha hecho ver muchas cosas de una manera muy diferente y enfocar mi
vida de forma distinta. He aprendido el verdadero significado de decir: te
quiero. Gracias por introducirme a este camino de la vida.
Durante este curso, en
todas las asignaturas, he aprendido
muchas cosas, pero en la asignatura de religión he podido aprender cosas
distintas, cosas que en el colegio nunca había dado. Ahora siento que puedo
hablar sabiendo de lo que hablo, me ha hecho madurar y saber mejor qué es en
lo que creo y en lo que no quiero creer. Aunque otros años pensaba que la
asignatura de religión no añadía nada a mi aprendizaje, este año puedo decir muy
segura que sí que lo ha hecho y me ha ayudado también a cuestionarme muchas
cosas.
Este año en religión me he
dado cuenta de muchas cosas. Hemos podido reflexionar, debatir, hablar
con libertad y sobre todo aprender diferentes cosas que nunca se toman como
algo importante y realmente lo son.
Las clases de religión me
han parecido muy necesarias. Hemos hablado temas de los que habitualmente
no se hablan ni en otras asignaturas ni en ningún ámbito de mi vida. A lo largo del año he ido descubriendo un rostro
de Dios que desconocía.
No me esperaba la cantidad
de temas y ámbitos que hemos visto en la asignatura de religión. Sin duda, la clase
de religión ha sido muy útil para mí. Primero, porque al ser dada por el
mismo profesor que imparte filosofía, hace que haya podido relacionar y
enlazar muchas cosas entre las dos materias y dotarlas de sentido
profundo. Además la clase ha sido un momento de relajarnos de todo
lo trabajado durante la semana, de tomarnos un respiro y de hacernos reflexionar
y salir de esa línea que siguen el resto de las asignaturas.
En religión he profundizado
en conceptos como persona, dignidad, ser fines, dimensión
trascendente, libertad, vocación… han sido conceptos que me
han hecho crecer, me han aportado y me han hecho más pleno y feliz.
La religión este curso ha
dejado de ser para mí una asignatura “maría” y ha pasado a ser una asignatura
que me ha cuestionado, me ha ayudado a reflexionar y a razonar.
Religión a lo largo de este curso ha sido una aventura personal.
Empezamos hablando sobre nosotros, sobre el sentido de nuestra vida,
personalmente me ayudó a entenderme a mí mismo. Me gustó mucho el proyecto del
debate entre ateos y creyentes donde se puso de manifiesto que el diálogo es la
lucha de la palabra y nos ayuda a encontrar sentido. Bonito e inquietante
curso de religión.
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