En las clases de literatura
universal de bachillerato propongo a mis alumnos aprender un poema de memoria
por trimestre y recitarlo delante de sus compañeros. Los poemas pueden ser
elegidos libremente por ellos siempre y cuando pertenezcan a la época histórica
que estemos estudiando. Creo que aprender poemas de memoria aporta muchos
beneficios a los alumnos, también el hecho de que lo tengan que recitar en
clase delante de sus compañeros. Tanto el aprendizaje como la recitación se evalúa
y coevalua mediante rúbricas. Alonso ha aprendido a lo largo del curso tres
poemas: Habiendo vino no hay penas
(literatura griega), Amor constante más
allá de la muerte (soneto de Quevedo) y un poema de Ángel González.
Alonso. Me ha gustado aprender
poemas de memoria, era algo que desde que era pequeño y estaba en primaria no
hacía. Recitarlo delante de los compañeros me ha costado más, me daba
vergüenza, pero me ha servido para superarme a mí mismo. He encontrado el gusto
por la poesía.
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