Debate sobre la existencia de Dios

A lo largo del curso, recurro mucho al debate en las distintas asignaturas que imparto, como una herramienta metodológica que considero muy potente en el proceso de enseñanza-aprendizaje y como herramienta de evaluación.

            Hoy, desde el área de religión con los alumnos de 1º de bachillerato, hemos llevado a cabo un debate sobre la existencia de Dios. Un debate no consiste en hablar por hablar, no consiste en lanzar opiniones, tampoco es una discusión. El debate tiene que estar preparado, no improvisado; fundamentado porque obliga a que los alumnos piensen antes de hablar y bien moderado por parte del profesor. Es una verdadera experiencia de aprendizaje, en el fondo y en la forma.

Los beneficios de usar esta herramienta en la metodología del aula son varios: 

-          Se fomenta la participación de todos los alumnos.

-          Los alumnos aprenden sobre el contenido a debatir. En el debate del aula los alumnos deben aprender contenido.

-          Los alumnos se hacen competentes y aprenden técnicas de expresión oral: argumentar sus propias ideas de forma clara y concisa, defender sus argumentos, elaborar un discurso coherente y contundente, persuadir, refutar. Es una competencia clave en el Siglo XXI.

-          Es una experiencia de aprendizaje estimulante, práctica y motivadora.

-          El alumno es el protagonista de su aprendizaje, el profesor solo modera, acompaña pero no interviene en los argumentos.

-          Aprender a respetar las opiniones de los otros aunque sean contrarias. Es un ejercicio de escucha activa puesto que no hay debate si no escuchamos a otros compañeros. No consiste en discutir.

-          Se pone de manifiesto el poder de la palabra, es el arma más poderosa que los seres humando tenemos.

-          Trabajar la libertad de expresión y de pensamiento.

La clase de divide físicamente en dos bandos. En este caso, unos defenderán la existencia de Dios y otros la negarán. Todos los alumnos tienen un minuto cronometrado para defender su postura. Individualmente los alumnos han preparado su discurso por escrito (el profesor lo recoge para ser evaluado) pero en el momento del debate no puede ser leído. Todos los alumnos toman nota de lo que sus compañeros están argumentando. En su discurso tienen que hacer obligatoriamente referencias a autores estudiados en clase que dan peso y apoyan sus argumentos (Nietzsche, Sartre, Feuerbach, Camus, Mounier, Lévinas, Martin Buber…)

El profesor-mediador califica la intervención de cada alumno. Una vez que todos los alumnos han intervenido empieza el turno de las refutaciones de forma libre. No consiste en repetir la misma idea y convertirlo de este modo en una discusión, se trata de hacer referencia a la intervención de los compañeros y a partir de ahí argumentar la defensa de tu idea. El profesor va calificando todas estas intervenciones.

Esta sesión durará una hora. Al finalizar el debate, cada bando elegirá a un compañero de su bando para hacer el cara a cara final en la siguiente sesión.

Evaluación de Pablo. La actividad del debate me pareció muy buena y positiva para todos los alumnos dado que no solo te tienes que situarte en uno de los lados, también te hace pensar por ti mismo en los argumentos para defender tu postura y tienes también que investigar para poder responder a lo que te pueden decir tus oponentes. Es una actividad divertida porque te da la posibilidad de interactuar con tus compañeros. Además nos ayuda a conocernos mejor.

 DÍA 2. Después del debate de la clase anterior y una vez que todas las ideas están sobre la mesa tanto de un bando como de otro, los alumnos han elegido a un representante para el cara a cara final. En este caso no hay tiempo determinado de intervención, el profesor-moderador va danto el turno de palabra. Los representantes han elegido a cuatro asesores, estos cuatros alumnos pueden ir pasando información a su representante según avanza el debate.

            Se hará un descanso en el cara a cara para que todos los compañeros del bando correspondiente puedan hablar con su representante y aconsejarle en su estrategia, aportar más argumentos, ayudar en sus refutaciones…

            La calificación de este careo repercute en todos los alumnos del bando correspondiente y no solo en el alumno que esté representando al grupo. De este modo,  todos los alumnos están motivados e implicados en el careo. El ganador del cara a cara hace que todos los alumnos de ese bando sumen un punto más en la calificación. Este componente reto hace que la actividad cobre mucha fuerza y mucha implicación por parte de todos los alumnos provocando que funcionen como un verdadero equipo. 

Evaluación de Hernán. Me encantó la actividad del debate porque ha sido el primer debate que me preparo en serio y además me gustó que mis compañeros me hubiesen elegido para representarlos. Me sirvió para conocer mi opinión real sobre Dios y preguntarme cosas que no me había preguntado nunca. Aprendí muchísimo porque estudié mucho sobre argumentos a usar para defender la existencia de Dios y cómo contestar a lo que me dijeran sobre la no existencia de Dios durante el debate. Me hizo pensar mucho.